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jueves, 3 de octubre de 2013

Pagos Móviles en America Latina

Con ocasión del 3er Congreso Latinoamericano de Pagos Móviles, que se realizará en Miami en Diciembre de este año,  M for Mobile, la empresa organizadora publicó una entrevista a dos importantes ejecutivos bancarios: Jerry Bower, Director Internacional de Pagos Móviles de Scotiabank y Marcelo Scaglia, Managing Director de Banamex/Citi, ambos con amplia experiencia en banca transaccional y en particular en pagos móviles, tema este último en el cual han desarrollado exitosas iniciativas tales como Tcho Tcho Mobile en Haití y Transfer, que actualmente opera en México y que está siendo implementada en otros países de America Latina.

Me parecieron interesantes los planteamientos presentados en la entrevista, y por eso intentaré presentar una visión condensada de los mismos en este post.

Ambos ejecutivos ven los pagos móviles como un gran espacio de oportunidad para la banca, en especial como una vía para incorporar a las transacciones bancarias a grupos importantes de la población que no están bancarizados. Los números que avalan esta oportunidad dicen relación con la alta penetración de los servicios móviles en la mayoría de los países de America Latina, la cual en muchos casos llega al 100%. Esto se compara con la baja penetración de los servicios bancarios, la cual en promedio en nuestro continente no supera el 30% de la población. La expectativa es que este mercado crezca en forma exponencial en los próximos años, superando a la larga, el número de clientes de la banca tradicional.

La tecnología móvil permite a los proveedores de servicios financieros acceder a consumidores que, por razones de distancia o costos, antes se consideraban imposibles de bancarizar, pero para ello se requieren no solo cuentas, sino redes de aceptación cercanas y de confianza de los consumidores en el sistema. En otras palabras, se requiere un completo ecosistema de dinero móvil donde deben participar colaborativamente múltiples entidades: bancos, operadores móviles, proveedores de pago, redes de aceptación, y proveedores de servicios de valor agregado, entre otros. Todo esto además, adaptado a la cultura de cada país, y a su marco normativo y regulatorio.

Todo esto es complejo de lograr, y de hecho, de mas de 120 proyectos de pagos móviles identificados alrededor del mundo, solo 11 pueden considerarse exitosos. En todos los casos de éxito, la constante es que había una visión clara de necesidades muy específicas de los clientes finales que las soluciones implementadas contribuyeron a resolver.  Desde ese punto de vista, los distintos actores tienen que tener  siempre estos objetivos en el centro de su visión, en lugar de sus objetivos propios.

Como ejemplo de esto se pone el caso del objetivo de los bancos en reducir el uso del dinero en efectivo, este objetivo, muy razonable desde el punto de vista de disminución de costos y mejoras de eficiencia de los sistemas financieros, puede no ser compartido por los consumidores finales que se sienten cómodos utilizándolo.

El enfoque entonces, debe dirigirse a entender el punto de vista de los clientes no bancarizados, los pequeños comerciantes, la pequeña empresa, los beneficiarios de beneficios sociales y pensiones, etc.. y centrarse en sus necesidades para el diseño de la propuesta de valor.

Ejemplos de las iniciativas exitosas son los casos mencionados arriba: Tcho Tcho Mobile se lanzó a fines del 2010 en Haití, un país con un 90% de población no bancarizada, y a la fecha cuenta con cerca de 500.000 subscriptores y mas de 6 millones de transacciones. En el caso de Transfer, se lanzó en abril de 2012 y espera terminar este año con sobre un millón de subscriptores habiendo superado ya el millón y medio de transacciones.

En ambas iniciativas se buscó resolver necesidades concretas de grupos de personas a las cuales la banca hasta ahora no atendía, usando un lenguaje accesible a dichos segmentos de mercado, y con una oferta de valor integrada entre varios actores.

Un desafío particular es el desarrollar las redes de aceptación, donde los objetivos son diversos, por una parte incorporar a los comerciantes que ya participan en redes de transacciones de pago, y por otra conquistar nuevos segmentos de pequeños y micro-comerciantes que no están bancarizados y operan principalmente basados en el uso de efectivo. Para el primer grupo, se requiere integrarse con los procesos de pago que ya existen, de modo de no aumentar la complejidad de atención de estos nuevos clientes, para el segundo grupo se deben identificar beneficios tangibles para ellos de participar en estas redes, potenciando sus posibilidades de incrementar sus ingresos y reducir riesgos asociados a falsificaciones y robos. Esto además en algunos casos requiere la revisión de las exigencias normativas para adaptarlas a las posibilidades de estos segmentos, para lo cual además se requiere la participación de las autoridades que establecen estas normativas.

Por último, los comercios en general no estarán dispuestos a adoptar múltiples modelos y esquemas de pagos móviles promovidos por distintas entidades bancarias o actores financieros, por lo tanto el desarrollo de estos ecosistemas requiere que estas entidades, junto con los otros actores, lleguen a acuerdos en modelos simples de interoperabilidad que permitan que el sistema crezca y se desarrolle. Esta probablemente es la dificultad mas grande de todas, y la razón por la cual el desarrollo de los pagos móviles ha sido mucho más lento que la evolución de las tecnologías que lo pueden soportar.

Sin embargo, las experiencias exitosas demuestran que una vez que los distintos factores se alinean de la forma correcta, el crecimiento de la demanda viene con fuerza. No cabe duda de que a la larga esto ocurrirá.

En mi opinión en Chile están presentes muchos de los factores necesarios para que los pagos móviles se desarrollen, un mercado financiero sólido y con interés creciente en incorporar nuevos segmentos que a su vez han ido mejorando su nivel adquisitivo, un muy alta penetración de los servicios móviles, un creciente desarrollo de redes de transacciones cuya cobertura se orienta hacia pequeños comerciantes, tales como la Caja Vecina, Multicaja o Redelcom, las cuales se suman a las redes bancarias tradicionales, y un interés del estado de promover la bancarización y la migración hacia transacciones electrónicas.

Solo falta que los astros se alineen.

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Los vídeos promocionales a continuación muestran como estos productos han sido posicionados en sus respectivos mercados.





viernes, 16 de agosto de 2013

Way2ride. Pago de taxis mediante el celular.

A propósito de pagos móviles, Verifone - probablemente el mayor fabricante de terminales de pago a nivel mundial - acaba de anunciar Way2ride, un servicio de pago de taxis mediante el teléfono celular, en cual la experiencia de uso es literalmente, pago con un "tap".

El servicio está inicialmente disponible en la ciudad de Nueva York, con una cobertura inicial cercana a los 7500 taxis, y con planes de extenderlo a otras ciudades de EEUU y del mundo.

El siguiente video muestra la experiencia de uso:


La aplicación está inicialmente disponible para IOS y Android, y requiere un enrolamiento previo en el sitio www.way2ride.com.

Los usuarios se enrolan con su email, y definen la o las cuentas que pueden utilizar para pagar, el porcentaje de propina a aplicar, y como se desea recibir el recibo del pago, entre otras cosas. Luego, pueden cambiar sus selecciones directamente desde la aplicación móvil.

La aplicación permite solicitar un taxi, y estimar el costo del recorrido previamente.

Una vez dentro de un taxi habilitado con Way2ride, el usuario simplemente selecciona la opción "I'm in a taxi",  y acerca su celular al terminal disponible en el auto, con lo cual el sistema establece la relación con el celular para el posterior pago de la cuenta.

Terminada la carrera, el usuario simplemente sale del auto, y el cargo se realiza automáticamente. El recibo del pago puede recibirse directamente en el celular, y también puede ser consultado en el sitio web.

La aplicación incluso considera la posibilidad de que el usuario avise si es que se le quedó algo en el auto, de modo que la central actúe para ver la posibilidad de recuperar lo perdido.

En este caso vemos una aplicación de pagos móviles para un propósito específico, donde se han pensado todos los detalles para hacer una experiencia de uso muy simple y conveniente para el usuario. Ya la experiencia similar de Starbucks demostró que una aplicación bien pensada, aunque su uso sea limitado, puede ser altamente exitosa.



Un elemento novedoso de esta aplicación es que para comunicar el celular con el terminal utiliza una tecnología patentada, que intercambia información encriptada mediante señales de audio de alta frecuencia utilizando los parlantes y micrófonos de ambos equipos. Esta tecnología es una alternativa a la tecnología de radio frecuencia Near Field Communications, NFC, con la ventaja que puede utilizarse en la mayoría de los Smartphones disponibles actualmente en el mercado, que todavía no incluyen NFC.

Las posibilidades de esta tecnología son múltiples, y el hecho que Verifone, un importante actor del mundo de los medios de pago, haya optado por ella no es un hecho menor. Probablemente veremos en el futuro nuevos dispositivos de Verifone equipados con esta tecnología, los que podrán interactuar con teléfonos celulares para realizar pagos u otras operaciones.

miércoles, 7 de agosto de 2013

La promesa de la billetera móvil. ¿Porqué ha costado tanto?

Un artículo llegó a mi inbox recientemente con un título que llamó de inmediato mi atención: "Todavía estoy esperando que mi teléfono reemplace a mi billetera". Lo escribe Jenna Wortham, cronista de tecnología del New York Times, que con la mirada de un consumidor más, se refiere a la promesa no cumplida aún de que los celulares reemplazarían a las tarjetas al momento de realizar transacciones de pago.

La visión presentada por Jenna coincide en varios puntos con la mía propia, y me gustaría compartirla con Uds.

A Jenna el tema le viene a la mente un día excepcionalmente caluroso, en el que, buscando salir lo mas liviana posible, se percata de que está dispuesta a dejar en casa entre otras cosas su abultada billetera, pero en ningún caso su celular. Viene entones a su memoria la atractiva promesa de la aparición inminente de una billetera móvil residente en su celular, que con un simple movimiento ("tap and go") permitiera pagar en cafeterías, restaurantes, transportes, y toda variedad de establecimientos comerciales.

La pregunta que se hace Jenna es la misma que se vienen haciendo numerosos analistas del mercado desde hace bastante tiempo: ¿porqué, a pesar del evidente desarrollo de la mayoría de las componentes tecnológicas que podrían hacer esto posible, estas no han pasado mas allá de diversos proyectos piloto realizadas en distintos lugares del mundo, sin que ninguno de ellos hasta ahora logre consolidarse como una solución masiva?.

El artículo pasa revista a varias de las iniciativas de pagos móviles que se han anunciado en el último tiempo en EEUU, no siendo en ningún caso una lista exhaustiva. Entre las mencionadas están: Square, Google Wallet, Visa Paywave y Isis entre otras.  Destaca la exitosa aplicación de compra móvil de Starbucks, que se descarga al móvil y permite que este opere como una tarjeta recargable para pagar en dicha cadena, pero indica que es un modelo cerrado y que sólo se puede utilizar en dicha cadena, es decir, no es un medio de pago de uso amplio.

Aventurando explicaciones sobre el origen de la dificultad para la adopción masiva de los pagos móviles coincido con Jenna en las siguientes:

Primero, esta parece ser una solución en busca de un problema. No resulta obvio que pagar con el teléfono celular sea más simple o más rápido que hacerlo con una tarjeta de crédito o debito tradicional. Supone una secuencia de operaciones entre el celular y el punto de venta, sujeta además en muchos casos a posibles problemas de operación producto de la no siempre óptima calidad de las comunicaciones móviles. Una transacción con todas esas dificultades no es lo que alguien quiere experimentar mientras está pagando en una caja con una fila de gente esperando detrás, durante el horario punta.

Hay un escenario de uso en que sí es posible identificar una ventaja: aquel donde la compra o el pago se realiza en forma remota y el celular es el medio tecnológico que mas probablemente estará a mano para llevar a cabo la operación (y en muchas ocasiones es el único).

La segunda razón dice relación con los participantes de este mercado: las redes de medios de pago tradicionales se basan en la operación colaborativa de una serie de actores de la industria que han establecido acuerdos que hacen posible que las transacciones se realicen de forma similar en cualquier lugar del mundo.  En el mundo de los pagos móviles, dichos acuerdos no se han establecido aún, producto principalmente de que cada uno de los posibles participantes quiere obtener el máximo control y fracción de las utilidades de este negocio. En efecto aquí aparecen nuevos actores, tales como los operadores móviles, las empresas fabricantes de teléfonos, las compañías de software como Apple y Google, nuevos operadores de pago como Paypal, en fin... Esto actores se suman a los protagonistas tradicionales de las redes de medios de pago, como son los bancos y las redes internacionales Visa y Mastercard entre otras, y todos ellos quieren una tajada de la torta.

Clinkle Wallet (*)
Como si fuera poco el lograr los acuerdos anteriores, además hay que convencer a los comercios de invertir en los cambios tecnológicos en sus sistemas de punto de venta para soportar estas nuevas tecnologías en las transacciones de pago. Estas son inversiones importantes, que es difícil que los comercios lleven adelante a menos que estén convencidos de los beneficios de su adopción.

No obstante las dificultades ya mencionadas, el artículo menciona que a pesar de ello la corriente de innovación en torno a este tema no se detiene, y llama la atención que siguen apareciendo nuevos "startups" con generosos financiamientos, que apuntan en la misma dirección de desarrollo de pagos utilizando dispositivos móviles.

Jenna concluye en su artículo que habrá que seguir esperando. Mientras tanto no le queda otra cosa, para salir liviana en un día de calor, que asegurar con un elástico su tarjeta de crédito y su licencia de conducir a su celular, aunque reconoce -un poco decepcionada- que esto no es lo que tenía en mente cuando imaginaba pagar con su celular.






(*) Clinkle es un startup reciente que está desarrollando una nueva solución de pagos móviles.